¿Crímenes? ¿Por qué crímenes?
¿No habéis reparado en lo poco que se espera que hagamos en el mundo actual? Es como si la gente aspirara a decírtelo todo en todas las situaciones, qué debes hacer, qué debes sentir, qué debes pensar... en definitiva, a destruir tus propias decisiones, emociones y pensamientos. Cualquier acto de protección de éstos, por inofensiva que sea, parece un crimen imperdonable, y así es como yo, tú, y otros seres curiosos y despiertos, nos volvemos delincuentes.
lunes, 9 de julio de 2012
Cansancio de todos, cansancio de tí.
Llegó el día en que me aburrí
de tus palabras congeladas,
de la despectiva crueldad
de tus esquirlas de oro puro.
Me cansé de mirar por la ventana
y sólo ver a la gente desconsolada
caminar entre una horda de cadáveres
que esgrimen ídolos de humo y vacío
en nombre de principios corruptos,
de deidades en descomposición,
de la eterna y sacrosanta ignorancia,
elevada al más alto panteón
por el cáncer de un mundo malogrado.
No suficiente con esquivar de día el carnaval macabro,
tu rostro de cruel inocencia, de amorosa depredadora
tiñe de humedad las largas noches de privación y martirios,
siega los ánimos que los cataclismos no pueden tumbar.
Frágil como hecha de cristal viviente, te venero ferviente,
para que te muestres cruel como el hielo y fría como el acero.
Llegó el día en que me harté de perseguirte,
de soportar abnegado tu desprecio,
de ver lágrimas de sangre en mi almohada,
de sacrificar mi inocencia a diario,
junto al amor propio, junto a la esperanza,
sólo a cambio de desdén e indiferencia.
Se acabó
se acabó todo,
el llorar por tí,
el vivir atenazado
por sádicas voces sediciosas,
el olvidarse de sí mismo
mientras se compadece de todos,
el tener que pensar por dos y trabajar por tres.
el esperar tornar el odio en amor
con mi constante sacrificio.
Me he cansado de todo,
hasta de los versos y la métrica.
Hasta de escribir este poema,
y de quejarme de este mundo,
de tí y de todo.
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